SALTO
Desde hace meses la primavera
se ha instalado allí y no quiere irse. Sus aires de renovación se respiran por
las calles. Apaga el televisor. Sale al balcón. Gruesos nubarrones empiezan a
deshacerse y con ellos las negras conjeturas de los apoltronados, de los
caducos, de las mentes encarriladas que perseveran en la inmovilidad del mundo.
“¿Por qué no?”, se pregunta de repente asombrada. Toma un taxi. Los leones del
Congreso, que también desean ir más lejos, la saludan al pasar.
Microrrelatos para el Viernes Creativo del blog Escribe Fino