sábado, 14 de marzo de 2015

Fiesta



No es que esté mal en la casa, no. Descansa sobre sus anillos, cerca de su cabello oscuro. Respira la tibia fragancia que la noche libera y cuando le lee con enmascarado lamento, sus dedos afinados, su mirada algo violenta, le recorren de izquierda a derecha, de arriba a abajo, ¡el espinazo entero! No, no está nada mal con ella, pero cuando cierra los ojos, echa en falta el bullicio, la fiesta internacional de su casa en Oporto. 


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