martes, 10 de marzo de 2015

París-Dakar-París

Victor Habchy


Pasan cortando el aire en sus fabulosas máquinas voladoras. Tidiane, maravillado, toma carrerilla. ¡Eh, esperadme!, les grita alborozado. Cada una de sus zancadas es vigilada de lejos, por una mirada que solo tienen los ojos de madre: ve-no te vayas-ve-no te vayas-ve-no te vayas. 

Unas pocas carreras después, el sueño empieza. Empapado, rodeado de detritus y la pequeña luz de otras esperanzas, Tidiane está cruzando el estrecho. 

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