La directora quería saber si me apuntaba a la huelga. Dije que no. También el sindicato
me había decepcionado. Daban vueltas a un discurso tan gastado como los puños
de mi chupa. Laura dijo entonces, te pondrán en servicios mínimos.
Pregunté qué significaba servicios
mínimos, nunca había estado ahí. Chupársela
a los putos jefes, me respondió. Cogió la bandera, una de esas que tapa todas las
ventanas, y se fue mucho antes de las tres.
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